La vida de estas
colonias se desarrollaba en forma tranquila, no teniendo mas vinculo con la
corona que el sentirse ingleses unidos por la tradición y las costumbres, por
lo demás ellos se gobernaban a si mismos y los únicos incidentes que podían
derivarse tenían lugar por su esfuerzo conquistador desplegado hacia las
tierras y regiones del legendario y lejano Oeste. Pero hacia 1763 Inglaterra atravesaba una serie de
crisis económicas, a raIz de la guerra contra Francia (Guerra de los Siete años), donde si bien es cierto que obtuvo
Canadá y la Luisiana, sin embargo el tesoro se vio empobrecido y para
resarcirse, el Parlamento dio varias leyes que fueron las que en
definitiva precipitaron el proceso emancipador americano.
LEY DEL IMPUESTO AL TIMBRE
Que
disponía que en "todos los periódicos, hojas impresas, contratos de
arrendamiento y documentos legales, se fijara un sello cuyo producto se
destinaría únicamente a defender, proteger y asegurar las colonias". En el fondo la recaudación debía pasar a la
corona y al entenderlo así, los colonos opusieron resistencia, y, en un Primer
Congreso reunido en 1765, en Nueva York, aprobaron que "nunca les habían
impuesto ni les podían imponer contribuciones, pues no tenían representantes en
el Parlamento, y que la ley del timbre tendía manifiestamente a violar los
derechos y libertades de los colonos".
El Parlamento inglés derogo esta
ley en el año 1766.
Que se hizo extensivo al plomo y al vidrio y cuyo monto se aplicaría al
pago de gobernadores, jueces, funcionarios de aduanas y tropas inglesas en las
colonias.
Fue derogada en 1770
porque los colonos se abstuvieron de importar estos artículos.
IMPUESTO AL TE
En 1773 se le
permitió a la empresa British East India vender en exclusividad té directamente
en las colonias americanas, pero manteniendo el impuesto creado sobre este
producto por las Leyes Townshend.
Aunque esto suponía
un ahorro considerable a la hora de comprar té al tratarse de una transacción
directa sin tener que pasar por Inglaterra y abonar impuestos extra, los
colonistas percibieron que esta medida, a la larga, podía perjudicarse. En
realidad puso de manifiesto que los ingleses, si así lo querían podían conceder
en exclusividad todo o parte del comercio colonial a quien quisieran.
En este contexto, la
British East India Company envió barcos con té a diversos puertos. En Nueva
York y Filadelfia se les obligó a regresar a Inglaterra sin descargar el
cargamento. Sin embargo en Boston se le permitió amarrar para proceder a
descargar.
En diciembre de
1773, varios colonos, arengados por Samuel Adams y disfrazados de indios
americanos, subieron a bordo de tres barcos y tiraron al mar los cofres con el
té.
Ahora le tocó el turno a los británicos de
ponerse furiosos cuando oyeron las noticias del evento conocido como el motín
del té. El rey Jorge III llegó a decir que “debemos dominarlos o dejarlos que
se gobiernen solos”.
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